La piscina convencional siempre ha funcionado con Skimmers. Los skimmers son unos elementos plásticos (en la mayoría de los casos) que tienen una compuerta que se abre y cierra y un cestillo en su interior. La finalidad de los skimmers es recoger la suciedad que se encuentra flotando. En la mayoría de los casos son hojas e insectos y los retiene en el cestillo. En el lado opuesto a los skimmers se encuentran los impulsores o boquillas de impulsión que como su nombre indica son los encargados de impulsar el agua arrastrando todas esas impurezas a los skimmer y facilitando la limpieza de la capa superior. Además, de esta forma, el agua sale por los impulsores, es recogida por los skimmers y filtrada por el motor (Los motores cuentan con un segundo cestillo que recoge aquello que no ha podido recoger el cestillo del skimmer) y el filtro para salir nuevamente más limpia por los impulsores. 

La piscina también cuenta con un sumidero que es una rejilla que se encuentra en el fondo de la piscina que nos permite vaciarla en caso de ser necesario y también puede filtrar agua por aquí. 

En caso de querer limpiar la piscina de forma manual, se coloca en todas las piscinas una toma de aspiración o barredera. A esta toma de aspiración es donde se conecta el aspirador para absorber la suciedad del fondo y enviarla al filtro donde será retenida por el lecho filtrante. El interior del filtro está relleno de materiales que permiten retener las partículas y filtrar el agua para que salga lo más limpia posible. El filtro puede estar relleno de arena de sílice, cristal reciclado, diatomeas o zeolitas. 

Por ultimó otro elemento convencional de las piscinas es el autollenado o llenado automático, el cual mediante una boya y conectado a la red de agua nos permite rellenar la piscina cuando el nivel desciende en la mayoría de los casos por evaporación, y permitiendo tener la piscina en su nivel óptimo para el funcionamiento correcto de todo el sistema de filtración.